Wednesday, 29 June 2011

Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (Revista Pelo 2da epoca)

Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota

 "Hay una historia oficial del rock nacional que se ha escrito desde Buenos Aires. Pero en La Plata o en Rosario, ciudades de clase media urbana, estaban pasando a fines de los sesenta cosas importantes" Carlos Solari.


Lo cierto es que el primer contacto musical de importancia entre el Indio y Skay ocurrió en La Plata. El Indio pasó a ocupar un departamento en City Bell. "Era una época en la que escuchábamos mucho a Frank Zappa y leíamos mucho a Gurdieff", recuerda Poli. Una época en que algunos, frente al auge de las guerrillas, enarbolaban ideales pacifistas y no por ello ingenuos o blandos. De aquellas sesiones surgieron los primeros temas, muchos que luego se volverían famosos.
"Los roles no estaban tan claros, éramos como quince allí arriba". Sus esporádicos shows en el teatro Lozano de La Plata eran denominados, lisa y llanamente, "lozanazos".
"Patricio Rey llega a Salta", tituló el periódico local El Intransigente. Se definía allí a la banda como "un grupo de universitarios platenses que hacen música en sus ratos de ocio".
Monona
Actuacion de los Redonditos. foto:
Revista Pelo 2da epoca.

Ahora bien, en los primeros tiempos de los Redonditos, los recitales eran espectáculos visuales donde la puesta en escena era primordial. Había payasos, anunciadores, chicas ligeras de ropas (Monona y María Isabel), anunciadores, una imitadora de Carmen Miranda (Cecilia "Solita") y hasta gallinas sueltas. "De toda esa barra de La Plata que comenzó con esto, hubo algunos más testarudos que otros", ha dicho Poli. "Los cómicos, las chicas, los anunciadores... en fin, todos ellos fueron quedando en el camino, tal vez por mantener a través de los años una producción independiente. Y también porque el público se empezó a poner más inquieto durante los baches en que la banda no tocaba. La gente pedía que esos personajes dejaran la escena para que siguiera el rock'n roll".
También hubo en esos primeros años un incesante desfile de instrumentistas. Como baterista solía estar Migoya. Como guitarrista llegó a pasar por las filas ricoteras Gabriel "Conejo" Jolivet, futuro líder de Dulces 16.










ESPECIAL PARA LA REBELISTA
(por Jorge Senno)

Hace un año y medio atrás para las fiestas del 2000. Yo venía de una zapada en Luján en donde tengo un alumno y tenía que ir a una quinta en Matheu a pasar la Nochebuena con mis viejos. La cuestión es que había sido una velada gratísima de Blues y festejos, y luego me equivoqué al agarrar la ruta de vuelta. Cuando ya había pagado como 5 mangos de peaje y en franca dirección hacia la provincia de La Pampa llegué a la conclusión de que andábamos por cualquier lado.
El tema es que tenía que agarrar una ruta que pasa por Pilar y llega hasta Luján y casualmente es la Ruta provincial 25 pero no la del tema que habla de la Patagonia.
Pilar, territorio de barrios privados, Escobar zona de Countrys también y en el medio un lugar llamado Villa Rosa ultima parada de un ramal que sale de Retiro (algo parecido al Finisterre ricotero) todo mal. Sabía que si me agaraba esa barrera (ya era de noche) iba a terminar como Irma Jusid según Capusoto. Cuando estaba llegando a duras penas a través de una ruta destrozada, pum, cae la barrera. A mi derecha había una banda de unos 20 pibes en la puerta de un mercadito de coreanos golpeando un Fitito a modo de caja de ritmos y cantando a voz de cuello:
El futuro llegó hace rato

todo un palo, ya lo ves
veamoslo un poco con tus ojos
el futuro ya llegó.
El otro día un amigo me decía que el público que sigue a los Redondos no entiende un carajo lo que dicen... Entonces le conté esta anécdota.
Jorge Senno

No voy en trenes
no tengo donde ir
algo me late, y no es mi corazón
como no sentirme así
si ese perro sigue allí
que podría ser peor, eso no me arregla
El futuro llegó hace rato
todo un palo, ya lo ves
llegó como vos no lo esperabas
el futuro ya llegó
Señala el Indio Solari que recién debería hablarse de los definitivos Redonditos de Ricota a partir de su primer afincamiento en Buenos Aires. "A partir de ahí es cuando empieza a pasar algo. Antes éramos más como un grupo de amigos". La radicación en Capital Federal ocurrió alrededor de 1978. Antes el Indio volvió a Valeria, y Poli y Skay fueron al Chaco, a trabajar en la cosecha del poroto. Años nómades, sin duda. Según Solari, "nos hemos mudado infinidad de veces, hemos vivido alternativamente en el campo y en la ciudad, hemos sido tipos de abandonar departamentos enteros, con cosas adentro, que enseguida vienen los amigos y se las llevan, por el gusto de hacer experiencias significativas". De hecho, el desembarco en Buenos Aires fue bastante paulatino. Tras una primera y breve experiencia, entre 1979 y 1980 volvieron a mudarse a la costa atlántica (Skay y Poli en Mar del Plata, el Indio en su Valeria del Mar), en 1981 regresaron por un corto tiempo a La Plata, y recién para 1982 adoptaron la Capital como firme base de operaciones. Hacia 1979 el prestigio del grupo estaba creciendo y comenzaron a aparecer, en pequeñas revistas, las primeras menciones, los primeros comentarios. Fue en febrero de ese año, en la prestigiosa Expreso Imaginario, que el periodista Claudio Kleiman tuvo el privilegio de recoger las únicas declaraciones a la prensa que hiciera hasta hoy el mítico Patricio Rey. Decía allí: "La transferencia de la idea sólo es posible con la participación en el acontecimiento. Lo único útil para comprender es participar. Les aconsejo dejar su vocación periodística en las boleterías para perder la forma humana de la manera más adecuada". Los primeros ensayos del grupo en la ciudad de Buenos Aires tuvieron lugar en una vieja sala ubicada en la esquina de Callao y Rivadavia, pleno barrio de Congreso. Su primer recital porteño, allá por el '78, fue en Centro de Artes y Música (ex Periscopio) de la calle Cerrito al 200. Como de costumbre, el Doce repartió entre la concurrencia redonditos de ricota, aunque ahora bajo el alias del Sultán Mumificante, y también debutó formalmente el Ballet Ricotero, ensamble coreográfico femenino bajo vestuario del Mono Cohen. Los dueños del local vieron el show y sintieron que semejante carnaval era tal vez demasiado para esos años de miedo. Al enterarse Poli de que la segunda función sería suspendida, se parapetó en la puerta del local con un cartelón cruzado por la leyenda "Patricio Rey prohibido". A esta altura, mucho más que una manager, Poli se había convertido en la "ingeniera psíquica" de la banda, en la "hechicera", en la "9 mm", en la "public relations". Cuatro muchachos que editaban como podían una revista subte llamada La Ballena se acercaron solidarios a Poli y acabaron organizando un show reivindicativo en la sala Monserrat. ¿Los jóvenes? Jorge Dorio, Jorge Nacer, Gustavo Noya y Roberto Pettinato. Alrededor de la célula madre del grupo (Skay, el Indio, Poli) seguía orbitando un elenco variable. A veces regresaban los viejos amigos, como Veme, Fenton o el baterista Tzocneh (otro ex Cofradía), a veces la cosa se ponía rockera y tocaban Marcelo Puchi y León "el blusero", a veces subían actores como Robertino Granados o Betty Kauffman (con su parodia de "Cabaret"), y a veces incluso se sumaban invitados fugaces como el mismísimo Horacio Fontova, el guitarrista Pato, el bajista D'Aloisio o el baterista Diego Rodríguez, ex integrante en Francia de la agrupación Miguel Abuelo et Nada. Sala capitalina más frecuentada en esos tardíos años setenta: el teatro Margarita Xirgu de San Telmo. Temas que estrenaban por entonces: "Mejor no hablar de ciertas cosas" (después grabado por Sumo), "Quemá el cielo", "Rock del país", "Kriminal mambo", "Para Monona Blues" o "La vaca cubana". Si hubo un año en que los Redondos se establecieron en Buenos Aires, ese fue 1982. Por un lado, el Indio consiguió un trabajo estable en un Hogar de Niños. Por el otro, un pequeño sello independiente administrado por Marcelo Morano y Fernando Basabru les ofreció grabar un demo con vistas a un hipotético elepé. La grabación tuvo lugar en los estudios de la RCA. El disco nunca salió pero el demo ("Mariposa Pontiac", "Superlógico", "Nene, nena", "Pura suerte") sonó con insistencia y buena repercusión en varias radios, sobre todo en la vieja FM Del Plata. Eran los últimos años de la dictadura militar y un nuevo underground estaba despuntando. A su manera, los Redonditos se alinearon en esa escena. En sus shows de entonces, por ejemplo, solían subir como invitados Celeste Carballo, Daniel Melingo o las Bay Biscuits (Viviana Tellas, Fabiana Cantilo, Isabel de Sebastián). También con frecuencia el periodista Enrique Symns trepaba al escenario y lanzaba sus monólogos malditos y febriles. Entre aquellos que rodeaban al "trío que tira del sulky" hacia 1982 cabe mencionar a Alejandro Pensa (batería), al fiel Semilla Bucciarelli (bajo), a un futuro Los Twist como Gonzo Palacios (saxo), a un ex Nito Mestre y los Desconocidos como Rodolfo Gorosito (guitarra), y a su mujer Laura Hutton en coros. Mientras sonaba "Golpe de suerte", "Vamos las bandas", "Cua cua amén" y otros estrenos del momento, la ex compinche de aventuras de Miguel Abuelo, la bailarina y actriz Krisha Bodgan, encabezaba un extraño ballet donde también hacían de las suyas las hermanas Claudia y Marcia Schwartz (pintora). Tras el debut de esta nueva troupe en el teatro Bambalinas, el espectáculo recorrió el pub Zero y la Esquina del Sol. No llenaban estadios los Redonditos, pero su público era de una fidelidad conmovedora. "Ir a misa", en aquel ambiente rockero, quería decir ir a los recitales de Patricio Rey. "Solos y de noche" fue desde siempre uno de los lemas del Indio Solari. Esto quiere decir que al cantante de los Redondos nunca le terminaron de convencer los festivales ni tampoco los recitales a la luz del sol. Una vez, no obstante, Solari hizo una excepción por una noble causa. Se trató del festival Pan Caliente, celebrado para colaborar económicamente con la revista alternativa que dirigía Jorge Pistocchi. Corría 1982 y el festival sirvió doblemente para bienvenir a aquellos músicos que volvían del exilio (Nebbia, Abuelo) como para poner bajo la consideración de un público importante todas esas nuevas propuestas que venían gestándose casi en secreto, especialmente los por entonces ignotos Alejandro Lerner, Celeste Carballo, Los Abuelos de la Nada y los Redonditos de Ricota. Un año después, durante la campaña electoral previa al triunfo de Alfonsín, los Redondos participaron de un concierto colectivo en Parque Lezama, en apoyo a la candidatura a diputado "por los derechos humanos" de Augusto Conte (Democracia Cristiana), aunque esta vez fue Skay quien llevó la voz cantante por aquello del lema del Indio. Y un par de meses más tarde, ya consagrada ganadora la fórmula Alfonsín-Martínez, los Redonditos coparon el teatro Bambalinas. Era la noche del 9 de diciembre, víspera del regreso a la democracia. A pocos metros, en la Plaza de Mayo, Madres, Abuelas y otras organizaciones de derechos humanos preparaban sus pancartas y banderas. Esa noche, en San Telmo, tras los monólogos del Mufercho y de Symns, la bailarina Monona pisó las tablas toda vestida de militar, lentamente empezó a quitarse la ropa y terminó desnuda, enseñando un cuerpo todo pintado de oro.

Rodolfo Mederos Revista Pelo 1977



Rodolfo Mederos ( Revista Pelo 1977)
"Enfrente de casa vivía un polaco que había venido de Misiones y tenía un fuelle. El tipo hacía cimientos y yo le ayudaba, y cada tanto agarraba el bandoneón y me ponía a tocar. (...) Tuve la suerte de que fuera un bandoneón el instrumento por el cual me incliné y no un piano, ya que la condición proletaria de mis padres les hubiera impedido comprarme uno. Mis viejos me vieron muy entusiasmado y me enviaron a estudiar."


Los Redondos
Rodolfo Mederos. foto: Revista Pelo 1977

"Me fui a Córdoba y al tiempo enganché con algunas orquestas típicas. Con la guita que ganaba me las rebuscaba para estudiar: enesa época pensaba ser biólogo. El bandoneón era una cosa fenómena pero no me lo planteaba como vocación, hasta el día en que escuché por radio algo que me cambiaría el panorama. Yo no conocía a Piazzolla y la música me resultaba como chata. Yo tocaba en orquestas muy humildes, humildes musicalmente; orquestas que además de imitar lo de Buenos Aires, eran malas. Un día escuché por la radio "Lo que vendrá", y me mató. A partir de entonces, todo resultó distinto, como si alguien me hubiese hecho plac! y me hubiese dado vuelta todo. De ahí en mas todo fue diferente."
"Con mis escasos conocimientos trataba de descifrar las composiciones de Astor, un poco para investigar el secreto. Fijáte que era como trasladar la biología a la música. (...) Un día sentí el irrefrenable deseo de escribir. Para mi era terrible el hecho de sentarme con el lápiz y el papel y dibujar la música. Hasta ese tiempo yo había hecho arreglos, mejor dicho: modificaba dos o tres compases de algunos tangos, pero ni siquiera sustancialmente. Eso me llenaba de una profunda emoción: llamaba a un pianista amigo y pasábamos las tardes enteras tocando lo que había hecho yo."
"En esa época había dos géneros que pisaban fuerte: el tango y el jazz. Los tipos de jazz se mostraban muy abiertos, se podía hablar muy bien con ellos porque escuchában música; en cambio los tangueros solo hablaban de minas y carreras de burros."
"Piazzolla tocaría en una radio; yo agarré la bicicleta y me dirigí hacia allá. cuando entré a la radio escuché una música que me gustaba mucho, pero estaba tan nervioso que no me daba cuenta de que era un tema mío. En el fonde del recinto vi a Piazzolla al lado del grabador; le estaban haciendo escuchar una cinta de uno de los programas míos. Piazzolla me felicitó y me dió la mano; me resultaba increíble verlo seguir el ritmo de mis composiciones con las manos; las movía como si estuviera amasando. Allí me formuló la invitación para venir a Buenos Aires; yo no pude aceptar su propuesta en esa oportunidad (estaba haciendo el servicio militar)."
"A los cinco años Piazzolla volvió a Córdoba y le pidió a la Dirección de Cultura que me localizara, porque quería tocar conmigo. Cuando me dieron esa noticia largué de nuevo la biología, que en ese momento había retomado, y reconstituí el grupo. Habíamos programado que nosotros tocaríamos tres temas, pero cuando nos estábamos despidiendo y saludando al público, Piazzolla desde el palco nos indicaba que siguiéramos tocando. Así fue que hicimos siete temas. Cuando terminó todo, Piazzolla en al calle, me dijo: dejá la biología para los biólogos; vos sos músico."
"Ante su pedido de establecerme en Buenos aires le hice caso. Había llevado 8000 pesos. y con eso aguanté un mes. Fui a tocar en cantinas y sucedieron mil cosas. Me echaron del hotel porque ya no podía pagar. Tenía que robar pan duro desde una terraza de hotel, ese que usan para rallar, porque no tenía para comer, y para colmo me robaron el bandoneón. Piazzolla me regaló el de él que es el que tengo actualmente."
"Cuando la situación mejoró, armé un conjunto integrado por Alchourrón (guitarra) Schneider (flauta) y Fernando Romano (bajo). (...) poco a poco me mezclé con los músicos de rock: Almendra, Litto Nebbia. Todos los grupos de rock que tenían que grabar me llamaban a mí, como si fuera el único bandoneonista de Buenos Aires."
"Yo estaba podrido. No me dejaba satisfecho pugliese en sí, ni Piazzolla en sí, ni el rock en sí; cada una de esas expresiones, por sí solas poseían carencias. Yo me sentía como el unificador de todas esas cosas. Actualmente siento que a través de todo esto llegué a una síntesis y que es Generación Cero."
Parecería que aquí aparece, nuevamente, el biólogo, el descubridor, el Pasteur de la música. Sin embargo es cierto que todo compositor tiene la imagen de un ideal de perfección, que es el que mejor explica el sonido de el instante físico y emocional en el cual vive.
"Los entendidos de jazz, dicen que hubo jazz hasta una determinada época, y que a partir de ahí ya nadie hacía estrictamente jazz. Con el tango pasa lo mismo. Si a esta música la llamamos tango es por inercia."
Obviamente, rock es el de Chuck Berry, a esta altura del partido "rock" es simplemente un apellido para su descendencia.

Mateo : en los tempranos ‘60 hizo tanto por el futuro de la nueva música de su país


Mateo
Imagínense a un hombre que en los tempranos ‘60 hizo tanto por el futuro de la nueva música de su país como Litto Nebbia y Luis Alberto Spinetta juntos, sólo que casi nadie se dio cuenta a tiempo.

Eduardo Mateo
Foto: del libro  Razones Locas


Mateo sigue siendo el secreto mejor guardado de la música del culo del mundo, el Río de la Plata. Un secreto de músicos uruguayos más que un artista conocido por el público, Mateo redondeó en 25 años de accionar una obra con picos altísimos de calidad, sólo que desperdigada. Su caso parece similar al de Tom Zé, el brasileño que en 1999 se convirtió en el niño mimado de las vanguardias y la prensa especializada estadounidenses, tras haber sido "descubierto" en 1986, de casualidad, casi por error, por David Byrne. Si Byrne hubiese entrado en una disquería de Montevideo en lugar de una de Río, hace 14 años, probablemente sería hoy Mateo el artista de culto internacional, no Zé. Pero no fue así, una constante en la vida de Mateo, al que casi todo lo que le pudo salir mal, le salió mal.
Las imágenes del final de este auténtico genio ignorado y desconocido de la música popular del siglo XX son tan tristes como las que podría filmar un Tim Burton en tren depresivo: vagaba por el centro de Montevideo, fantasmal y en pijama, pidiendo limosna. La mayoría de los que lo reconocían se cruzaban de vereda, para no quedar pegados, o por eso que se llama vergüenza ajena. Los que no, solían recibir discursitos como éste: "Hola, ¿no me conocés? Soy Eduardo Mateo. Seguramente escuchaste más de una vez un tema mío. No te estoy pidiendo limosna. Te pido que me pagues una parte de mis derechos de autor. Es que... nunca me los pagaron". Lo peor de la situación es que por entonces ya ni siquiera sentía culpa o vergüenza por su estado: lo consideraba natural. Cierta vez, luego de haber grabado un tema suyo, "Príncipe azul", en De Ushuauaia a la Quiaca, León Gieco se presentó en Montevideo, cuando Mateo vivía prácticamente de la caridad, en junio de 1982, en plena época de Malvinas. Mateo se las arregló para acceder al argentino y saludarlo, pese a que varias veces había hablado mal de la versión, por unos cambios en la letra que lo ofendieron. En esa charla, Mateo le pidió al argentino dos entradas para el show de la noche. Gieco se las consiguió. Mateo las vendió, a mitad de precio, en la puerta del teatro -en rigor, el Cine Censa- y minutos después se metió en un boliche a tomarse y comerse lagentileza de Gieco. El santafesino lo admiraba desde mucho tiempo antes: de hecho, cuando trabajaba


Eduardo Mateo
Foto: Guilherme de Alencar

 de crítico musical en la revista Pelo, a principios de la década del ‘70, había escrito un buen comentario del disco Mateo solo bien se lame. Pero a Mateo que ese comentario fuese sólo elogioso, y no muy elogioso, le había dado en el centro de las amígdalas. "Mejor me voy" y "Esa tristeza". Se trata de tres recopilaciones, editadas aquí por Acqua Record,
buena parte de lo mejor de su obra jamás llegó al disco, ni fue registrada en formato alguno. Fue tocada en vivo o en ensayos y, simplemente, se perdió. Incluso antes de su muerte. Lo que las grabaciones en cuatro canales atrapan -muchas de ellas fueron arrancadas por la fuerza al músico, o publicadas casi contra su voluntad- parecen, en general, el borrador de una obra por venir. Lo por venir, el porvenir, nunca pareció importarle mucho a ese hombre nacido en 1940, en el seno de una familia de clase media baja de los barrios del sur de Montevideo. Jaime Roos -por lejos, el músico uruguayo más reconocido en la Argentina- parece, por momentos, ser nada más -y nada menos- que el hombre que pasó en limpio los borradores garabateados por Mateo. Empezando por su voz y por la forma de impostarla.
uno de los grandes propulsores del reconocimiento que hoy existe por Mateo en Uruguay fue el músico y periodista brasileño Guilherme de Alencar Pinto, autor del exhaustivo libro de investigación Razones locas y colaborador de Roos en las ediciones que ahora se consiguen en la Argentina. El brasileño, que tuvo una relación con Mateo a la vez admirativa y tensa -el trato con él era cuanto menos complicado- cuenta que cuando empezó a vivir en Montevideo le daba impresión que se le diese tan poca pelota a su talento. Era como si Mateo fuera parte del inventario de la ciudad por la que vagaba, intentando en vano ganarse la vida con su música, y la gente se había acostumbrado a eso, a que si el hombre había desperdiciado su vida, por algo sería, y no era un problema de ellos. De una palabra inventada por Mateo, al que el idioma le quedó chico según fueron pasando los años, la "contumancia", surgió el nombre de una revista argentina de música,
"En los setenta, Mateo fumaba porro como un loco y parecía que siempre andaba en una nube. Le chupaba un huevo ser Artista. Estaba convencido de que no debía transar con nada ni nadie, y que si el precio era cagarse de hambre, se iba a cagar de hambre. Y así fue".

Revista Pelo 1972. Foto del disco
 "Mateo solo bien se lame"

"Y hoy te vi" parece el borrador de "Un vestido y un amor", uno de los temas más afortunados y bendecidos de la historia de Fito Páez: "Y hoy te vi/ mirando rosas hoy te vi/ tú nunca dices qué hay en ti/ y hoy te vi", dice la letra de Mateo, en el estribillo. "A Mateo -cuenta Fito- me lo introdujo hace años Osvaldo Fattoruso, para el que es Dios. Vos le hablás de Mateo y él hace reverencias, de verdad. Para mí, Mateo es como una mezcla muy a la uruguaya de Zitarrosa con Tanguito, un tipo muy lastimado y muy genial. No recuerdo haber escuchado ‘Y hoy te vi’ antes de componer ‘Un vestido y un amor’, pero si en algo se le parece, me parece muy potente, bárbaro. Metafísica artística rioplatense, tal vez." Esa canción de Mateo tuvo su pequeña historia en la Argentina, hace ya mucho tiempo. Horacio Molina, que pensaba grabarla, se la enseñó a Sandra Mihanovich, a quien le daba clases de guitarra, allá por 1975. Sandra, para disgusto de Molina, la grabó para la banda de sonido del film Sola, de Raúl de la Torre, con Graciela Borges. Esto originó en 1976 una negociación con Mateo para que cediera los derechos legales del tema a cambio de un dinero importante. La leyenda que circula por Montevideo cuenta que un empresario argentino que fue a buscarlo lo encontró en una pensión de mala muerte y que Mateo lo atendió de pijama, recién levantado, con una media de mujer en la cabeza, para achatar su pelo. Después, comentó: "Típico empresario argentino, de traje, apurado, lleno de palabras bonitas". Horacio Molina, que era amigo y fan de Mateo (incluso lo tuvo hospedado en su casa varias veces), grabó en Francia cinco de sus temas y nunca sacó de su repertorio "Esa tristeza".
Mateo solía hablar pestes de los porteños, a los que asociaba con una viveza que despreciaba y con una ansiedad que chocaba con su mansedumbre.
Nebbia fue uno de los primeros argentinos en darse cuenta de que Mateo era un creador en serio. "Me volví loco cuando lo conocí: era increíble el swing y el talento de ese tipo", testimonia Nebbia, que incluso cruzó el charco para tocar en homenaje a Mateo, en un recital organizado un año después de su muerte. Nebbia, por otra parte, grabó Quien te viera, uno de los temas del uruguayo, en su disco debut como solista. Es difícil que guste a primera impresión: su obra es un conjunto de piedras en bruto, en que se adivinan las piedras preciosas que las habitan.Dos LP:
Mateo solo bien se lame
, aparecido en 1972, y De cuerpo y alma, en 1984.
Ya era considerado por entonces un prócer musical en Uruguay, sobre todo por El Kinto, pero no tenía disco propio. A esa altura, el medio ya tenía claro su carácter de divagante perenne, de diletante a la violeta, la inexistencia de un proyecto personal a largo plazo. Sin embargo, el técnico de grabación Carlos Piriz, uno de sus fans acérrimos y un socio, Coyo Abuchalja, casi que lo obligaron a empezar a grabar en Buenos Aires en 1971 lo que sería Mateo solo bien se lame. Tras pagarle al músico y a su novia Nancy pasajes y estadía, los flamantes dueños del sello musical De la Planta empezaron a comprobar que el intento de registrar las canciones en una semana era utópico: los tiempos de Mateo eran imposibles. Grababa un día un tema, que parecía recordar de casualidad, leyendo un cuaderno, y al día siguiente lo borraba. Invitaba músicos argentinos o radicados en la Argentina -entre otros, Horacio Molina, Pocho Lapouble, Jorge López Ruiz, Galo García, Oscar Cardozo Ocampo- y no los hacía tocar, los tenía de claque. Algunos tal vez estaban cuidando los instrumentos que podían haberle prestado, atentos a los datos que decían que Mateo hacía con toda naturalidad aquello que la leyenda cuenta que hizo Pappo con la guitarra que Spinetta le había prestado, más o menos por la misma época de estados alterados. Otros días, corriendo con las horas pagas de estudio, llegaba hasta ION sólo para decir que no estaba inspirado, y que volvía al día siguiente, o directamente no aparecía. Uno de los problemas de Mateo en Buenos Aires era claro: fuera del circuito montevideano, que conocía al dedillo, no conseguía marihuana ni anfetaminas. Debía arreglárselas con pastillas para adelgazar. Estuvieron dos meses en ese ir y venir, en esa apuesta de dos convencidos de su grandeza a registrarle un disco como arrancándoselo. Hasta que un día Mateo hizo la típica "voy a la esquina a comprar fasos" y se volvió a Montevideo, cerca de Navidad. El disco terminó siendo, lógico, el borrador de lo que podría haber sido: Piriz estuvo un año pegando partes de temas, cortando otras, armando conceptualmente los trozos dispersos, bordando un rompecabezas a partir de las pistas dejadas por el autor. "En esa época -cuenta Molina-, Mateo fumaba porro como un loco, y parecía que siempre andaba en una nube. Estábamos en casa y de repente me decía: Vení, loco, acompañáme que tengo una actuación. Y entonces partíamos y llegábamos a un boliche, por ejemplo, de Almagro, y el tipo tocaba unas cosas dificilísimas para tres borrachos uruguayos que lo conocían y dos argentinos que lo miraban como sapo de otro pozo, y él estaba chocho. No tenía esa cosa de Soy Artista. Le chupaba un huevo ser Artista. Estaba convencido de que no debía transar con nada ni nadie, y que si el precio era cagarse de hambre, se iba a cagar de hambre. Y así fue."
Carlos Polimeni para Página 12

www.pagina12.com.ar

Charly García, el genio del rock en Bolivia

Charly García llegará a La Paz para hacer vibrar el Teatro Al Aire Libre "Jaime Laredo" este 22 de julio, en un show que asegura romper con toda expectativa.

Dando respuesta a la exigencia de un concierto para la cultura rockera innata que existe en La Paz, es que VM-MUSIC hace posible la llegada de Charly García a nuestra ciudad, el mismo que retorna con gran energía y vitalidad a los escenarios musicales, afianzándose como uno de los íconos más representativos del rock en Latinoamérica.

 

Sui Generis 1974. Foto: Revista Pelo

Es y seguirá siendo el número uno, y lo deja demostrado en cada uno de sus shows. Y esta vez no será la excepción, promete una noche en la que recorrerá sus más grandes éxitos y nos hará vivir un momento inolvidable. Éxitos como: Rezo Por Vos, No Voy En Tren, Tu Vicio, Nos Siguen Pegando Abajo, El Rap De Las Hormigas, Pasajera En Trance y muchos hará que el público boliviano se revolucione, baile, cante y aplauda hasta las lágrimas. 

La venta de entradas comienza el 1º de julio en la cadena Todotix del Megacenter, Multicine y Discolandia (El prado).
Los precios de las entradas del 1 al 5 de julio con el 10% de descuento son:

 
  • Lounge Bs. 500 este sector no aplica al descuento (incluye 1 polera y 1 póster)
  • VIP Bs. 315
  • Preferencia Bs. 225 
  • General Bs. 135


El Carpo , 2do Disco 1972

Pappo's Blues - Volumen 2 (1972) [FLAC] [RIPPED FROM VINYL 16 BITS]



  1. El tren de las 16
  2. Llegará la paz
  3. Insoluble
  4. Tema I / Hay tiempo para elegir
  5. Desconfío de la vida
  6. Solitario Juan (Pobre Juan)
  7. Blues de Santa Fe
  8. Cementerio (Tumba)

El Legendario Eduardo Mateo





El Kinto / parte II

Eduardo Mateo en estudio. foto: Revista Pelo

Cambon: Mateo pensaba que El Kinto podía funcionar mejor si nos juntábamos en fumar algo o tomar algo. Y yo no era de esa idea. Mi teoría era que las personas no tocaban mejor por estar drogadas, sino porque eran grandes músicos. Y bueno, la cosa empezó a dividirse porque Mateo insistió bastante con eso. Inclusive algunas veces llegábamos a hacer algunas sesiones así con marihuana que aparecía, y en realidad resultó como pensábamos: no mejorábamos nada. De a poco, como nosotros no queríamos entrar en eso, él buscaba otras asociaciones. Así de a poco se fue abriendo.
Nancy: Viste esas personas que andan divagando en la calle, perdidas, idas? El se las quedaba mirando, no se, como si fueran dioses. No se que veía en ellos. Tanto es así que a veces me asustaba que él pensara eso. ¿no? El simpre decía "admiro la locura". Y ahbía un personaje que era un señor, un viejito, de barba blanca, pelo blanco, que tocaba la guitarra con una lata de aceite, un palo y unas cuerdas. Y él se quedab horas mirándolo. Y después lo dibujó. En esa epoca se le dió por dibujar. Dibujaba perfecto tambien. Dibujaba en cartulina negra y tinta china blanca, en sombreados.
                                                                    
Mateo nunca adoptó el aspecto jipi. Pero su comporttamiento coincidía en muchos puntos con la onda jipi. Por supuesto, no faltó el amor libre. Mateo buscó que los celos, la posesión y la estabilidad dejaran de contar en lo que a afectos y sexo se refiere. Combatió su propia indole celosa estimulando a Nancy para que apareciera con él vistiendo las mas atrevidas minifaldas. Empezó a andar con decenas de mujeres. No tuvo pruritos en meterse con las novias de sus mejores amigos. Una de sus amantes le bancó durante un tiempo la independencia a Mateo pagandole un alquiler en el rambla Hotel, en Pocitos entre 1969 y 1970. La ortodoxia brillaba por su ausencia y Nancy se fue a vivir con él.
Carlitos Mateo: El estaba siempre en el ambiente de él. El no visitaba ni a los hermanos ni a los padres. El vivía en la de él y se acabó. Cuando se veía en la mala ahí si se arrimaba.
Nancy: Mateo con El Kinto llegó a dominar todo el grupo, tal vez a creerse un poquito un dios musical. Y cada día empezaba a ser un poquito mas agresivo, tal vez. Incluso yo veía que él iba componiendo tristemente, con cierta melancolía, con mucha tristeza, cosa que no tenía antes.
Mateo: Todo estaba hecho con mucho trabajo y ensayo. Hasta ahí todo sonaba bien, pero no había comunicación, que es lo mas importante. La autenticidad de El Kinto fallaba, justamente. No existía la espontaneidad. Además esa falta de comunicación facilitaba la confusión y la duda sobre sí mismo.





Aquelarre comenzó su carrera musical en 1972 y luego de varias giras nacionales y cuatro discos grabados, viajó a España en 1975 y posteriormente el grupo se separó en 1977.

Formados a comienzos de 1971, se presentan en B.A.Rock II (noviembre de 1971) como el "Trío Hector Starc", su primera presentación como "Aquelarre" fue el 18 de diciembre en el Pueyrredon de flores (Capital Federal).

Integrado por los ex- Almendra: R.García y E. Del Guercio y la inclusión de H.Starc en guitarra y G. Neira en teclados, la banda toma fuerza durante 1972 cuando entre y abril graban su opera prima, que es editado ese mismo año con un sonido rico en matices y la característica especial de una batería muy al frente, algo bastante extraño por aquellos años.

Los dos ex-Almendra Rodolfo García y Emilio Del Guercio aportaron una base rítmica muy sólida, complementada con un sonido vertiginoso e impactante de la guitarra de Héctor Starc y el teclado blusero de Hugo González Neira, que hicieron de Aquelarre una de las bandas más destacadas de la década de los '70.

En noviembre de 1971 se presentaron en el B.A.Rock II. En 1972 editan el primer álbum "Aquelarre" y, apenas seis meses después, la segunda placa "Candiles". En 1973 editan el simple "Violencia en el parque" (su tema mas conocido) y luego sale el "Brumas".

El momento de mayor popularidad fue en 1975 con el álbum "Siesta". Antes de que se pusiera a la decidieron iniciar una gira por España, que los tuvo fuera de Argentina por casi un año etapa que se prolonga por casi dos años, durante los cuales el grupo difunden el rock cantado en castellano, algo que por aquellos días no hacían las bandas de rock de España, que cantaban solo en ingles. El grupo se posiciona como uno de los tres mas importantes de España, para finalmente volver a Argentina a fines de 1977.Estában a punto de separarse pero el salvó el grupo. Regresaron para brindar el concierto despedida en el Luna Park, con Carlos Cutaia en reemplazo de González Neira.

En 1998 retoman su carrera y editan un nuevo disco, que mantiene el buen sonido de sus mejores épocas.

El sábado 23 de octubre de 2004, Hector Starc festejo sus 40 años con la guitarra con un show que estuvo plagado de invitados y que tuvo su momento más emotivo de la noche con la reunión de Aquelarre.

A casi un lustro de su último retorno Los viejos compañeros de Starc (Emilio Del Guercio, Rodolfo García y Hugo González Neira) se juntaron especialmente para la ocasión. En un breve pero contundente set los “brujos” demostraron porque ocupan un lugar privilegiado en la historia del rock nacional. El cuarteto sonó ajustado y revivió tres joyas de su repertorio. Todo comenzó con "Miren a este imbécil", siguió con "Aventura en el árbol" y finalizó con "Canto", cuyo poderoso riff hizo saltar de su asiento a muchos de los privilegiados testigos del histórico reencuentro.

Aquelarre - 1972

01 Canto
02 Yo seré el animal, vos serás mi dueño
03 Aventura en el árbol
04 Jugador, campos para luchar
05 Cantemos tu nombre
06 Movimiento


Candles - 1973

01 Cruzando la calle
02 Soplo nuestro
03 Hermana vereda
04 Cuentos tristes
05 Miren a este imbécil
06 Patos trastornados
07 Iluminen la tierra

Aquelarre - Brumas 1974 + simples

01 Parte del día
02 Silencio marginal
03 Aniñada
04 Brumas en la bruma
05 Milagro de pueblo
06 Aves rapaces
07 Mirando adentro
08 Violencia en el parque
09 Ceremonia para disolver

Siesta - 1975

01 Pájaro de la locura
02 Árboles caídos para siempre
03 Canto cetrino
04 Siesta cambiada
05 Cacería en el bosque
06 Savia de los aromos
07 El cercano

Corazones
01. Canto desde el fondo de las ruinas
02. Miren a este imbécil
03. Aniñada
04. Aves rapaces
05. Ceremonias para disolver
06. Savia de los aromos
07. Canto cetrino
08. Silencio marginal
09. Blues y vino
10. Hermana vereda
11. Movimiento
12. Mágico y natural
13. Violencia en el parque
14. Cruzando la calle
Del Lado Del Fuego - 1999 (EN VIVO)

Homenaje a Eduardo Mateo

"La Penúltima Musicación (Homenaje a Eduardo Mateo)1991"LADO A: 1. El príncipe azul - 2. Mensaje Abril - 3. La mama vieja - 4. Juntos podemos llegar - 5. Canción para renacer - 6. Nombre de bienes - 7. Uh, qué macana.
LADO B: 1. Quién te viera - 2. Poema inconcluso a la O - 3. Amigo lindo del alma - 4. Ni me puedes ver - 5. Lo dedo negro - 6. Un canto para mamá - 7. Yulelé.

Músicos participantes: Horacio Buscaglia, Osvaldo Fattoruso, Fernando Cabrera, Urbano Moraes, Mariana Ingold, Alberto Wolf, Walter Haedo, Lobo Núñez.
Las canciones y textos son de Eduardo Mateo, exceptuando "El príncipe azul" (letra: Horacio Buscaglia / música: E. Mateo).
Invitados especiales: Leo Maslíah en "Uh, qué macana" y Litto Nebbia en "Quién te viera".
Coro de niños en "Principe azul": Adriana y Lucía Vázquez, Maite y Martín Peyrou, Pablo Ingold, Agustina de los Santos, Julia y Lucía Magnone, Ana Laura y Paola Romano, Valentina Míguez, Fernando Nathan, Zumi Moraes, María Eugenia y Faustino Quadros.
Grabado en vivo el 16 de mayo de 1991 en el Teatro Solís (en vivo quiere decir "en vivo").
Toma de sonido y mezcla: Daniel Báez. Fotografía: Daniel Caselli. Diseño. Daniel Carbajal Solsona. Espectáculo producido por Aldo Novick y el Centro de Artes Efímeras.
Productor Fonográfico: R&R Gioscia S.A.
ORFEO 91.141-1 - AGADU (P) 1991
Andaba en la vuelta siempre pensando en conseguir material nuevo,,bue...viejo quiero decir y son los 365 días del año buscando por la cajas,roperos,baúles de aquel material inolvidable para muchos de nosotros..
Pero esta semana lo tuve a Mateo de visita en mi cabeza,y me daba vueltas con aquella carpeta azul con sus proyectos o divagues y tremendos dibujos por las oscuras calles de Montevideo.
Suerte que con la ayuda de un X de amigotes el Nando y Diego me ayudaron a conseguir algunos materiales..el Nando especialmente con su Videoteca impresionante las cosas que salen de ahí...mil gracias a ustedes por esa fuerza que me dan...y a seguir disfrutando de Eduardo Mateo..!!

Revista Pelo , fotos y entrevistas


                         TOTEM
      Festival BAROCK Buenos Aires

TOTEM en BAROCK 1, foto Revista Pelo 1972.
Durante los últimos meses de 1970, los templos subterráneos del Hot Club de Guayabo y Jackson fueron testigos de los ensayos de una banda en formación. Con excepción de Daniel “Lobito” Lagarde (un joven de dieciocho años, hermano menor de Antonio “Lobo” Lagarde), los involucrados son músicos con una vasta experiencia y trayectoria en nuestro medio. El simple listado de sus nombres hace imposible no ceder a la tentación de decir que se está en presencia de un “supergrupo”. Ruben Rada, Chichito Cabral (ambos ex integrantes de El Kinto), Eduardo Useta, Roberto Galletti, Enrique Rey y Daniel Lagarde seguramente no imaginan la trascendencia que tendrá para la música popular uruguaya el proyecto que tienen entre manos. En los intervalos de los ensayos, suben al bar a comer algo, “manguear” cigarrillos y hablar de música. 

CHICHITO ¾  Cuando estuve en Alemania, me acuerdo que una vez andaba por el puerto de Hamburgo y, de repente, veo un luminoso gigantesco, de color verde, que decía TOTEM. Diría “totemham” o algo así, pero a mí me impresionó el totem. Enseguida se me representó: “TOdos TEnemos Música”. Era un night club carísimo que nosotros ni miras de poder entrar. Además había dos porteros grandísimos; nos acercábamos y los lomos nos decían: “¡beck!”, y nosotros: “no espiquin inglish, coso, mojo, no entender” [risas]. Pero no había caso, “¡beck!” y te tenías que ir. Cuando pasábamos por ahí, los locos ya nos junaban y entonces pasábamos caminando dándoles la espalda [risas]. Y me dije: “tá, si algún día llego a tener un grupo, le pongo Totem”. Estábamos todos en el boliche de arriba del Hot Club, y dicen los muchachos “¿qué nombre le ponemos?”, y en seguida les digo: TOTEM. “’Tá” dijeron, y a la gente que andaba en el boliche, que nos conocía, dijeron: “’tá bueno, ‘tá buenísimo”.

Tótem realiza sus primeras actuaciones públicas en enero y febrero de 1971 (Club Universitario de la ciudad de Salto, Paysandú Wanderers Football Club, Festival del Parque Harriague de Salto y Segundo Concierto de la Rosa en Montevideo). Es en Salto que Daniel Ripoll, director de la revista argentina Pelo Internacional, queda impactado con la propuesta del grupo:

RIPOLL ¾ Los uruguayos pueden tener muchos conjuntos que estén actuando en falsa oposición, y otros que ni siquiera distinguen lo complaciente de lo bueno, pero pueden estar orgullosos de tener en su país un grupo de la calidad y autenticidad de Tótem, cinco intérpretes y un cantante (Rada) irreprochables, que tocan con gusto, con ganas, con rabia, con amor. Y tienen amor realmente porque hacen algo que saben que les pertenece: candombe. Pero no se quedan en el folclore: aúnan el candombe con el jazz y el rock, y el resultado es una de las experiencias más excitantes que se puedan escuchar. Por supuesto, cantan en castellano y los temas los componen ellos mismos. En la Argentina, muy difícilmente haya un conjunto que haya asumido la música y el contexto social de su tierra como lo hizo este grupo uruguayo. Tótem es la muestra exacta de lo que se puede llegar a producir cuando se absorbe la información musical de otros países teniendo primordialmente en cuenta lo de su propia tierra.

USETA ¾ Nuestro propósito es trabajar en base al candombe, un ritmo muy rico, que pensamos que no ha sido explotado en todas sus posibilidades. ¿Candombe Beat? Yo no diría eso. Lo de Beat es algo que algunos se empeñan en agregarle. Nosotros en el Tótem preferimos hablar simplemente de candombe [...]

Sin embargo, y a pesar de estas afirmaciones, no cabe duda que Tótem no es un grupo exclusivamente candombero, como tampoco lo fue El Kinto. Los candombes no llegarán a superar el cuarenta por ciento de sus composiciones. Quizá esto se deba a que la banda se funda con una clara meta de viajar al exterior a mediano plazo. De todos modos, hay una marcada “negritud” en la estructura rítmica de todas sus interpretaciones y un despliegue bastante inusual de fuerza en sus toques. Ya a partir de las primeras presentaciones, el grupo entusiasma a la audiencia y a la prensa especializada, y el “globo” comienza a inflarse aceleradamente. Inmediatamente, Sondor les propone la edición de un simple con los temas ‘Días de esos’ y ‘Mañana’.

QUIQUE ABAL ¾ A mí me interesaba sobre todo producir cosas del movimiento de candombe beat. Quería hacer algo que fuera original uruguayo, pensaba que era lo que podía llegar a trascender más. Irónicamente, después de Rada, lo que tuvo más éxito fue Tótem, que en ese momento intentamos pero no pudimos manejarlo nosotros. Nos hubiera gustado mucho, pero no pudimos.

Ocurre que Tótem se inclina por el sello De la Planta, con el que firma contrato el 18 de marzo de 1971. El 1º de mayo viajan a Buenos Aires para realizar la grabación del primer larga duración. Bajo la batuta de Carlos Píriz, los estudios ION brindan mejores condiciones técnicas que las que se pueden obtener en nuestro país. De todos modos, la producción se hace contrarreloj e insume solamente nueve horas, un absurdo número comparado con los parámetros de finales de siglo.

USETA ¾ Cuando fuimos a grabar el disco, fuimos vía Colonia porque no había plata para ir de otra manera. Llegamos a las tres de la tarde directo al estudio, porque no teníamos otro lugar donde quedarnos. Nos refrescamos en los baños del estudio, comimos algo en un boliche de enfrente y recién a la una de la mañana empezamos a tocar. A las nueve y media de la mañana, exactamente, estaba el disco mezclado y pronto.

A pesar de que Tótem no realiza ningún toque desde sus primeras actuaciones en enero y febrero, la expectativa en torno a la banda se mantiene. El disco es presentado el 14 de julio en el teatro El Galpón, en un recital en el que comparten el escenario con Camerata de Tango (la otra gran adquisición de De la Planta). De esta manera, no corren el más mínimo riesgo: la sola presencia de Camerata asegura un lleno total, aunque, al mismo tiempo, representa un gran desafío. La fina y emotiva actuación de la orquesta de Manolo Guardia es aclamada de pie por el público que desborda las instalaciones del teatro. ¿Podrá Tótem mantener ese nivel de aceptación? Luego del breve intervalo el grupo “abre” de manera inusual: un solo de batería a cargo de Galletti decanta en una “pizza” instrumental a ritmo de candombe. Se trata de una suerte de “calentamiento” con el que Tótem comenzará todas sus presentaciones, y al mismo tiempo, una demostración de la categoría de Galletti, quien, antes de que el resto de los experimentados músicos comiencen a “entrar en calor”, ya se despacha con un impresionante solo de batería. Luego de la ovación del público, Horacio Buscaglia sube al escenario y recita un “mojo” que da pie al ‘Chévere’ de Lobito. Siguen los restantes temas incluidos en el LP, llegando a un final “de fiesta” con ‘Dedos’ y ‘Biafra’, redondeando así un excelente espectáculo difícil de olvidar.

JAIME ROOS ¾ Recuerdo haberme colado en el concierto de Tótem de presentación del disco en el teatro El Galpón, junto con el de Camerata. Estaba lleno y entramos por avalancha. Uno dijo “¡ahora!” y nos mandamos. Un concierto memorable para mí.

Dos días después, Tótem da un recital en el Teatro IFT de la ciudad de Buenos Aires, con la intención de promocionar el álbum que también se edita en Argentina. El LP, titulado simplemente Tótem, sale a la venta en nuestro país el 2 de agosto (siempre en el 71), tiene una muy buena calidad de sonido, incluye un buen trabajo de Arruabarrena en el arte de tapa, y fotos y textos a cargo de Carlos Martins y Daniel Ripoll en la contratapa.

RIPOLL ¾ [...] Tótem tiene coherencia secreta, que va más allá del perfecto entendimiento rítmico que existe en cada uno de sus integrantes. Pienso que es casi una actitud ideológica, subyacente y esencial que está presente en todos los temas, y que ellos canalizan auténticamente asumiendo un formidable antecedente telúrico de su tierra: el candombe. Admitir la posibilidad de que el candombe pueda ser inteligentemente recreado con el aporte del jazz, el blues y el rock es quizás el único camino para comprender la música de Tótem, uno de los pocos conjuntos de música moderna de América Latina que puede sentirse orgulloso de tener un sonido realmente propio. [...].

La “gran manija” dada por Ripoll produce rápidamente algunos dividendos: Tótem es invitado a participar en la puesta argentina de Hair, una de las obras de corte hippie más audaces de la época. Problemas presupuestales hacen naufragar luego la propuesta, y tan sólo Useta y Rada (que actúa luciendo como única vestimenta una camiseta de Peñarol), participan en Hair por unos veinte días hasta que los responsables consiguen sustituirlos. En nuestro país, el disco de Tótem comienza a escalar posiciones en todos los rankings. El 18 de setiembre llega al primer puesto del “top 10” de La Nueva Gente, manteniéndose durante cinco semanas en ese lugar; es desplazado recién el 30 de octubre por la ensalada porteña Música en Libertad.

JAIME ROOS ¾ Recuerdo haber sido el primer tipo que se compró el disco de Tótem en el Palacio de la Música. Hacía un mes que yo iba todos los días y nunca estaba el disco, hasta que llegó... pero sin las tapas. Yo les dije: “me lo compro igual, la tapa la vengo a buscar mañana”. [Risas].

LA NUEVA GENTE ¾  [...] Debemos confesar que ya estamos hartos de encumbrar producciones netamente deficitarias en nivel artístico y el hecho de que hoy el más vendedor sea por fin el mejor nos produce indisimulada alegría. No entraremos nuevamente en el análisis del disco en cuestión. No reiteraremos conceptos ya vertidos en nuestras páginas, simplemente diremos que para nosotros la consagración definitiva e incuestionable de Tótem es la cristalización de un viejo sueño: ver ganar al mejor y que además éste sea uruguayo.

HIT ¾ Pocos LP han sido lanzados en nuestro medio con tantos reclamos a la atención del público (concierto en el teatro El Galpón, superpoblada conferencia de prensa en el Victoria Plaza) como el de Tótem. Luego de escucharlo hay que convenir en que tamaña expectativa generada no se ve defraudada en momento alguno. Para empezar deben dejarse de lado las comparaciones, éste es un conjunto uruguayo incluso hasta en la utilización del candombe como ritmo básico. Entonces hay que olvidarse de Santana o de cualquier onda extranjera que pueda tener alguna semejanza con lo que hacen. [...] Los nombres también interesan porque son la prueba de otro elemento imprescindible en la comprensión del grupo, está formado por músicos que distan mucho de ser novatos. Estos no son los habituales dieciocho añeros que saben dos o tres tonos en la guitarra, unos pocos recursos en la batería y se unen para imitar alguna formación inglesa o norteamericana. [...].

A esta altura, se ha producido un hecho crucial para la promoción de la banda: Alfonso López Domínguez se convierte en el manager de Tótem. Ni bien se hace cargo de la representación, encara una estrategia llamativa: se niega a firmar cualquier tipo de contrato con organizadores de bailes o de espectáculos por espacio de un par de meses, y se dedica a trabajar con los medios de comunicación, difundiendo la música del grupo a partir del disco.

LÓPEZ DOMÍNGUEZ ¾ Venían con lanzallamas a golpear las paredes de mi casa para que firmara contratos, y yo me negaba. El diario La Mañana era importantísimo en lo que tiene que ver con la difusión de la música. ¿Sabe por qué? Porque lo compraban todos los estancieros. No había una cosa más importante para difundir música popular uruguaya de vanguardia que los estancieros. Los estancieros son los presidentes de las comisiones directivas de los clubes sociales del interior. Para mí era fundamental que nos hicieran una gran nota en el diario La Mañana y que la misma apareciera en la página de enfrente a la que estaban los avisos de las ferias ganaderas. Y lo conseguí. Hubo un par de músicos de Tótem que llegaron a una reunión caminando desde Pocitos. Y yo me vine a pie desde mi casa, y otro de los músicos me avisa: “Mirá que llevo un mes comiendo arroz”, y yo le decía: “Bueno, aguantá porque faltan dos meses más”. Nos mantuvimos con gran esfuerzo y con el apoyo de amigos y de nuestras familias sosteniendo una campaña de difusión de la música de Tótem por todos los medios sin firmar contratos. Cuando noté algunos datos que me daban la pauta de que era el momento apropiado, comenzamos a firmar algunos contratos, muy pensados, muy medidos, y la menor cantidad por el precio más importante que pudiéramos fijar. La idea era hacer pocas fechas con un precio muy alto. Al organizador le servía más. No le sirve traer un grupo que toque por todos lados y que traiga trescientas personas. Le sirve más hacer una inversión fuerte, pagarle fuerte a ese conjunto, pero llenar completamente la sala. Yo podía asegurar, en nombre de los músicos de Tótem, que llenaba cualquier sala.
TOTEM en BAROCK 1, foto Revista Pelo 1972.


Los resultados son impresionantes. Hacia finales del 71, Tótem llena sistemáticamente todos los salones de baile de la capital y del interior del país en los que se presenta, y pasa a ser, junto a Los Campos y Los Killers, el grupo de mayor taquilla del medio. Sus actuaciones están cargadas de fuerza, y el público las disfruta en un verdadero clima de fiesta. Se crea el club de admiradores de El Tótem, cuya secretaria es Elizabeth Arrigoni, y en un taller de Errandonea en la Escuela Nacional de Bellas Artes, se construyen ceniceros (pequeñas obras de arte) con motivos afro y con el nombre del grupo.

CHICHITO ¾ La verdad es que los seis músicos andábamos clarísimos. Todos, los seis. Y todos metimos laburo, todos, los siete. Hacíamos dos reuniones por semana, después de los ensayos. Y ahí planificábamos todo, quién se iba a encargar de cada cosa. El tipo que nos contrataba sabía que llenaba. El día que nos contrataba decía: “Ya estoy”, claro, ya empezaba a festejar. Era un hecho. Y la plata que llegué a ganar con Tótem, nunca más en mi vida. Pero después que el flaco nos hacía la seña, entrábamos, subíamos al escenario y “vamo’ arriba”. Había que matar. La verdad es que  metíamos y metíamos. La actuación era de treinta y cinco minutos y hacíamos cuarenta y cinco. Les metíamos un tuco que no podía ser, era una guerra aquello. Y cuando terminábamos, toda la gente transpirada, corría a la cantina. Los tipos vendían todo. Y empezamos a ir pa’l Litoral, pero ahora nos esperaban como reyes. Otra cosa importante es que todos dejábamos hablar a todos. Todas las ideas se trataban;  ninguna se descartaba. Con la ropa, todos de acuerdo. A lo último, fue: “¿Somos todos hippies?, tá, somos todos hippies”. El Lobito decía “Yo soy chico, no entiendo nada de eso, yo estoy para el cuellito alto así . . . ‘Tá, no pasa nada.” Y nosotros, muy guerreros ¿no? Nos poníamos cualquier cosa. Pusimos mucho de nosotros, pero también se dio que tuvimos la suerte de que salimos a hacer algo que la gente necesitaba en ese momento. Y con buenos músicos. Y con mucha experiencia. Salvo el Lobito, el que tenía menos; tenía diez años de boites. No nos iba a asustar ningún pesado ni nos iba a impresionar una belleza. Si estábamos hasta acá de eso. Nosotros no veíamos nada, yo no veía nada. Era música y laburo.

La estética visual queda claramente establecida: vinchas, collares, amuletos, ropajes de corte hippiedélico y/o afro. Ruben Rada, luciendo el mayor african look que se le ha visto hasta el momento, recupera el protagonismo de la escena montevideana, y su presencia es considerada por muchos como la principal razón de la popularidad de la banda.





LAS APARIENCIAS NO DEBEN ENGAÑAR.

Spinetta hace declaraciones después de mucho tiempo. Vale la pena encontrarse con las palabras y las ideas de uno de los mejores compositores argentinos.

A casi un año de la separación de Almendra, Pelo publica un reportaje realizado varias semanas atrás a uno de los principales protagonistas de las entretelones ocurridos en ese momento, Luis Alberto Spinetta. Desde entonces, el ex cantor y compositor del grupo ha tenido, a pesar de su inactividad en los escenarios, una de sus épocas más vívidas: las secuelas de la separación, un viaje por Europa, algunos intentos musicales a su regreso y una aparentemente definitiva canalización junto a su viejo compañero, Edelmiro Molinari.
Aún antes de la separación de su grupo, Spinetta ya había suspendido o al menos limitado los reportajes y notas por motivos que aclara en esta entrevista. En alguna medida su posición de entonces fue bastante lúcida: manoseada la separación de Almendra por ególatras y defenestradores lo único que conseguía con sus declaraciones muchas veces más sensoriales que objetivas era contribuir al caos de informacioncitas y rumores en que navegaba toda la música de rock en ese momento.
Su posición ha cambiado, quizás no demasiado con respecto a la prensa pero si consigo mismo: más fresco, experimentado y coherente, con el único peso de su propia responsabilidad sin deberle nada a nadie artístiticamente. Es como si empezara de nuevo. Tal vez por eso mismo, conversó durante más de una hora con Christian Sánchez, un colaborador de Pelo que le dio la posibilidad de decir desligándolo de la posición de reporteado. Lo que sigue es el resultado de esa entrevista:

Nueve y media de la noche: En el bar "La Palmera" está la gente de siempre: los chicos de "HAIR", un grupo de hippies y muchas mesas con talento. Entre ellas las de Luis Alberto Spinetta. Me acerqué y le pedí que me contara cosas. Salimos del bar, caminamos un poco y por fin entramos en el zaguán de un viejo hotel sobre la calle Bartolomé Mitre. Hablamos de su viaje a Europa, de su ex grupo Almendra que significó el nacimiento del rock nacional y sobre todo de música. Esto fue lo que me dijo:
Spinetta: Yo personalmente nunca abandoné lo acústico sigo componiendo con la guitarra y la mejor guitarra para componer es la acústica, pero también compongo con la eléctrica, temas especiales, eléctricos. Cada músico tiene una coherencia interna. Yo creo que la música es el sonido de tus palabras y de tus manos y de todo tu cuerpo, pero hacer música expresamente requiere la intervención de tus sentimientos. Teóricamente te puede gustar desde el llanto de un bebé hasta Ramona Galarza. Todo es música. Depende que lo que estés escuchando te guste o no.
Pelo: Todo es auténtico si realmente lo sentís . . .
Spinetta: Sí, pero yo pienso que siempre fue "lo que sientas o no"... en Francia leí la vida de Chopin, y me volvió totalmente loco, me identifiqué con él, no a nivel de música, sino a nivel loco. ¿Te das cuenta?, ¿Sabias que una vez fue a Londres y dijo que las cosas que tocaban los ingleses eran execrables?. No porque no le gustara escuchar más que su música sino porque existía ese sentimiento, esa especie de fuerza que se crea entre lo que es emitido y lo que se recibe.
Pelo: ¿Como una forma de vida?
Spinetta: Claro, una forma de vida, no interesa que sean muchas formas y que den una sola, lo que interesa es que el golpe o el grito sea uno. Por eso pareciera haber una especie de entubamiento de lo que uno consume musicalmente.
Pelo: ¿Qué pasó con el grupo Almendra?
Spinetta: Almendra no olvidó nunca la parte acústica. En el segundo Lp mucho más fuerte, más rock, también hay mucha acústica. Esta música no fue captada para nada. No se puede pasar de un período eléctrico a uno rotundo ni viceversa. Pero el cambio gradual se torna muy difícil porque durante la etapa de transición la gente opina que la verdadera música de tal tipo fue la de un período equis y esto es nefasto.
Pelo: En cuanto al segundo Lp, influyó mucho que fuera el último, esto hizo pensar a muchos que lo hacían a nivel plata únicamente. Algo muy similar al caso de Manal y su decadencia desde los recitales del Payró hasta el último de hace unos meses: eran dos grupos distintos.
Spinetta: Yo no comparto tu idea. Manal fue siempre Manal. Cuando la gente habló de un Manal desajustado, tampoco estuve de acuerdo. Jamás escuché mala música de parte de Manal. Es un súperconjunto y de ahí nunca puede salir mala música.
Pelo: Entonces vos asimilas a Manal con Blind Faith, el mayor supergrupo de la historia del rock y que para todos fue un terrible fracaso?
Spinetta: Ahí está, yo nunca tomé a Blind Faith como un fracaso. El único disco que yo conozco es uno de los Lp más importantes de todo el rock. Ese grupo me dio eso en ese momento, así como era, no importaba si eran Winwood, Baker y Clapton, u otros. Esa música es esencialmente maravillosa, además se adelantó a la música de dos años después, fue una llave para los sonidos posteriores.
Pelo: ¿La crítica es mala cuando la gente espera una cosa y le das otra?
Spinetta: A mí eso me hace acordar a la vida de Jesucristo cuando todo el mundo esperaba que fuera una especie de luz por la calle, resultó que era un tipo. Los músicos también son tipos, ¿te das cuenta? Por eso lo que no nos enloquece es mucho más fácil de juzgar objetivamente, por que si algo te fascina buscás la perfección obsesivamente y en esa locura podés morir. A mi el grupo que más me llega es Zeppelin. Me conmociona mucho, cada día más. Dicen que el segundo Lp de ellos es obsesivamente comercial, se equivocan, yo no sé qué esperan. Todos los conjuntos están integrados por mutantes, pero Led Zeppelin es uno de los más rayados y mutantes, se arriesga a cambiar su música y sigue siendo por sobre todas las cosas Led Zeppelin. La evolución es algo que crece, lo que crece tiene una raíz y lo que tiene una raíz también tiene una base que no se puede cambiar con el tiempo. No se puede empezar un edificio por el primer piso . . .
Pelo: Totalmente de acuerdo. Además Zeppelin hizo la base de la música de esta década. Ahora hay una nueva música.
Spinetta: Es evidente que hay una nueva música.
Pelo: ¿Cuál fue el itinerario de tu viaje?
Spinetta: Salí el 18 de marzo para Brasil, después pasé por New York y el viaje terminó en Francia. Traté de ir a Londres pero me rechazaron en la frontera, finalmente fui a Ho¬lánda. Fue una experiencia muy importante, tenía ganas de irme; no conocía Europa. Mirá, en todas partes suceden las mismas cosas, lo que pasa es que la gente responde de diferentes maneras. En cuanto a la música creo que en la Argentina se está tocando una música muy pura. Se da un rock con mucha raíz a pesar de que hay una gran disgregación.
Pelo: Sin embargo, la gente cree que hace un año estábamos mucho mejor . . .
Spinetta: Creo que están en un error: todo lo que crece se desgasta, la vida misma es una unción constante de integración y desintegración, como una marea. Este es el momento en que los grupos tienen que empezar a sonar. Creo que estamos mejor que en Francia, porque allá todavía se canta el rock en inglés, nosotros superamos eso hace mucho tiempo. El fenómeno de disgregación es fundamentalmente un fenómeno de experiencia individual de los integrantes de los grupos. Pienso que los músicos se han separado de los conjuntos porque están revolucionados internamente y esperan encontrar su huella. En este país hubo mucha honestidad por parte de los músicos pero mucha deshonestidad en la gente encargada de difundirlos. Ellos han cantado y tocado sus temas muy libremente pero las mentalidades que recopilaron eso y lo tradujeron en la difusión masiva se equivocaron fundamentalmente, no nos interpretaron. Yo personalmente aprendí que cada palabra que uno dice es un riesgo y que es preferible no decir nada y que todo se interprete según las apariencias.
Pelo: ¿Eso quiere decir que si les gusta bien y si no. . . también?
Spinetta: Sí, porque para comprender las apariencias se necesita una gran inteligencia . . . Mirá, éste es el momento de hacer algo como los músicos quieren. Yo no voy a vender más a mi grupo, me voy a conectar con gente que no necesite vender mi grupo para hacer un espectáculo, entonces el recital va a ser gratis. Hay que hacer las conexiones, los elementos ya están. Va a resultar un gran trabajo, pero lo vamos a hacer. La verdadera forma de descubrir la música va a ser a través de la negación de los sistemas de la antimúsica. Nosotros estamos de acuerdo en que el rock es amor y paz. Entonces no podemos estar de acuerdo en que ese amor pase por el embudo del comercio puro para el enriquecimiento de algunas empresas. No nos engañemos: para alguien puede existir una carrera hacia el prestigio pero también otra hacia la música, no una carrera sino un paso, un paso tranquilo. Yo ahora quiero encontrarme con músicos y promover cosas para la música en si misma.
Totem en accion BAROCK, foto : Revista Pelo, 1971.